viernes, 4 de enero de 2013

Lleno de luz y de cal

Vista parcial de Sierra Alta en Benaocaz, zona de aulagas y piedra caliza.

Los antiguos hornos de cal o "Caleras" se utilizaban para fabricar cal a partir de la roca caliza tan abundante en la Sierra de Grazalema. Dichas "Caleras" consistían en pozos excavados en el suelo de unos 4 metros, con forma circular, cuyas paredes se revestían de piedra y se elevaban otros dos metros en superficie. La estructura quedaba fija, aunque había que repararla después de cada uso.

Calera de Fardela (Benaocaz)

Calera de Fardela (Benaocaz)

Las piedras que se querían transformar en cal se disponían recubriendo el interior del horno. En el centro se iban colocando vegetación que servía de combustible y como andamiaje (aulagas, ardiviejas, matagallos, etc). Una vez armada la calera se cubría con más vegetación y barro.
Se encendía por una puerta que se dejaba en un lateral del muro de piedra y ardía durante tres jornadas completas, se alimentaba con más aulagas. Unas 3000 aulagas podrían alimentar un horno de estas características. Con esta actividad se eliminaba una enorme cantidad de combustible de los montes que podrían provocar incendios forestales durantes los meses cálidos del verano.
La calera no se volvería a usar hasta pasado 4 años que es cuando volvían a crecer la aulagas.


La cal fue hasta bien entrado el siglo XX como el cemento en la actualidad, se mezclaba con arena o arcilla y se usaba para unir piedras y ladrillos. Se usa también para pintar las paredes, dándole a nustros pueblos ese blancor característico internacionalmente conocido. El benefico de la cal es doble: actúa como desindectante y como elemento refrigerante en las viviendas, al reflejar el blanco los rayos de sol. 

Calera situada en Sierra Alta (Benaocaz)
by Raúl Arenas

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